El Día Mundial del Agua se celebra cada año el 22 de marzo y fue establecido por las Naciones Unidas como forma de concienciar sobre la crisis mundial del agua y el saneamiento. Cada año, el Día Mundial del Agua tiene un lema diferente, propuesto por ONU-Agua y en consonancia con el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos que se elabora cada año. El tema de este año es «Leveraging Water for Peace», que, traducido libremente, significa «Agua para la paz».

Así pues, el Día Mundial del Agua es un recordatorio anual de que el agua es la base de la vida en nuestro planeta y un recurso esencial para el bienestar de la humanidad y la naturaleza. Esta oportunidad especial sirve para sensibilizar sobre la importancia de utilizar el agua de forma responsable y nos permite trabajar juntos por un futuro más sostenible. El Día Mundial del Agua inspira y activa a personas de todo el mundo para que luchen por la protección y el uso sostenible de este recurso vital. El objetivo de este día es también contribuir a alcanzar los Objetivos globales de Desarrollo Sostenible (Sustainable Development Goals) y crear un mundo mejor, más justo y más ecológico para las generaciones futuras.

Para superar retos como el cambio climático, las migraciones masivas y la agitación política, es preciso que las naciones sitúen la cooperación en materia de agua en el centro de sus estrategias. El agua puede sacarnos de las crisis y promover la armonía entre comunidades y países si abogamos por un uso justo y sostenible del agua, desde los acuerdos internacionales de las Naciones Unidas hasta las medidas locales.

Ya existen innumerables iniciativas con este objetivo. Constituyen un ejemplo de cómo la cooperación transfronteriza en el ámbito de la gestión de los recursos hídricos no solo es posible, sino que puede tener éxito si los países colaboran en el uso sostenible y la protección de sus recursos hídricos compartidos. Estas cooperaciones ayudan a evitar posibles conflictos y, al mismo tiempo, fomentan el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente en las regiones implicadas.

El ODS 6, uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, defiende el acceso universal y equitativo al agua potable y al saneamiento para todos en 2030. La implementación del ODS 6 tiene un efecto directo en otros objetivos, como la seguridad alimentaria, la salud y la protección del clima.

El agua es un recurso decisivo para la agricultura, pues es necesaria para el crecimiento vegetal y el mantenimiento de la salud animal. La gestión sostenible de los recursos hídricos contribuye a garantizar la disponibilidad de agua suficiente para la producción de alimentos y la seguridad alimentaria de la creciente población mundial. Sin recursos hídricos suficientes, existe el riesgo de que las cosechas se echen a perder, lo que puede conllevar escasez de alimentos y hambre. Por ello es vital implementar el ODS 6 para la consecución del ODS 2, cuyo objetivo es acabar con el hambre y promover la agricultura sostenible.

El agua limpia y el saneamiento son cruciales para prevenir enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea, el cólera y la fiebre tifoidea. Facilitar el acceso al agua potable puede frenar la propagación de enfermedades infecciosas y mejorar la calidad de vida en general. La aplicación del ODS 6 contribuye, pues, a la consecución del ODS 3, cuyo objetivo es promover el bienestar y garantizar una vida sana para todos.

El agua es un recurso vital que desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible y la consecución de los Objetivos globales de Desarrollo Sostenible. El Día Mundial del Agua de este año nos recuerda la importancia del agua para la paz y la cooperación, y nos insta a utilizar este valioso recurso de forma responsable y sostenible. Si luchamos por proteger los recursos hídricos, podremos contribuir a mejorar la seguridad alimentaria, la salud y la protección del clima. Está en nuestras manos reducir el consumo de agua, utilizarla de forma más eficiente y apoyar las iniciativas de conservación y uso sostenible de los recursos hídricos. Ya solo poniendo en práctica pequeñas medidas y dándonos cuenta de lo importante que es el agua en nuestra vida cotidiana, todos podemos contribuir a crear un futuro más sostenible para nosotros y para las futuras generaciones.